A principios del siglo XVIII apareció en el arte la "pintura de castas", imágenes plásticas que representan a la gente de acuerdo a una clasificación racial de las personas mezcladas. Estas pinturas son muy interesantes porque reflejan la vida de la sociedad novohispana del siglo XVIII. Muestran las actividades a las que se dedicaban, la ropa que usaban y el lugar donde vivían.
A las personas que racialmente fueron el producto de mezclas de distintas etnias se les denominó "castas". Este heterogéneo grupo tuvo el mismo problema social que los mestizos. Si no se les podía ubicar claramente dentro de algún grupo racial, eran negados y discriminados por unos y otros. Las castas muestran la complicada estructura social que se formó en la Nueva España.
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